En Febrero puedo observar con  más detenimiento las formas en que cada ser se enfrenta al invierno.

El Invierno de la vida o simplemente un Invierno más.

El oso y las lagartijas hibernan y los pájaros -pequeños dinosaurios- migran a tierras más cálidas.

La araña Argiope lobata teje su potente red en la que caza. Sus vivos colores van desapareciendo con el frío pero su tamaño crece sensiblemente. 

La táctica de esperar dentro de su red me sorprende por la actitud paciente, esperando que la presa caiga. No es una cazadora que persigue, esta especie en concreto. Es un trabajadora incansable rehaciendo su impresionante tela.

En Noviembre vemos estos ejemplares  y con la fresca humedad de las mañanas quedan brillando al Sol.

Mi compañera está cambiando de lugar según el viento y los temporales pero cuando amanece, es curioso ver que todas ellas han construido sus maravillosas trampas de cazador en una dirección.

La tela de la araña siempre ha despertado legendarias historias. Vivir sola y en su momento de reproducción, aún es un misterio para mí, seguro que se come a su pareja.

Escribo “Vivir sólo”.

Gracias por leer estas cosas.